domingo, 31 de enero de 2016

SOY UN ADICTO




Han llegado las seis de la tarde.

Apago mi ordenador, me quito la corbata, me pongo mi pendiente y me despido de los compañeros que se quedan en el puesto de trabajo.

La semana pasada María, la secretaria del director, me dijo que se esperaba más de mi y que la prorroga de mi contrato en prácticas que se termina dentro de dos meses está siendo cuestionada.

Creo que eso nos lo han dicho a todos, porque Antonio y Pedro que entraron en mi promoción, ya no vienen conmigo en el metro hacia el barrio.

Me dan envidia, ellos tienen todo el tiempo para dedicarlo a su profesión y parece que les gusta, Pero yo no puedo quedarme. Yo no tengo esa disponibilidad. Tengo otras obligaciones. Por la tarde tengo que jugar al fútbol con mis amigos y tocar con mi grupo de música.

La verdad es que me gustaría dedicarle más tiempo al trabajo, pero tengo miedo de perder mi puesto de titular en el equipo y en mi banda de rock and roll.

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