martes, 30 de junio de 2015

LA ELECCIÓN.

Madrid 9 de Junio de 2015
Taller. Ejercicio: Definición de personajes mediante un diálogo.


En el campus, el césped descuidadamente arreglado llamaba a los estudiantes a solazarse bajo los árboles. Y así era. Después de comer en la cafetería, decenas de chicos charlaban (y más cosas) animadamente en las sombras alrededor de la facultad.


María, de pie con los libros abrazados contra su prominente pecho, miró a Juan moviendo la cabeza de lado a lado en gesto de desaprobación:
- ¡Qué dices Juan! ¡Es la próxima semana!. El primer examen de fin de curso lo tenemos el martes de la próxima semana. No tenemos un mes aun por delante.
- ¡Si estamos en mayo! – contestó Juan despectivo, sin levantar la cabeza y sentado bajo un castaño, mientras pulsaba las teclas del teléfono.
- Claro – Asintió María. – Y pasado mañana 1 de junio. El fin de semana hay que hincar codos.
- Bueno - Juan se puso en pie. Con sus casi dos metros de cuerpo atlético, hizo que María tuviera que levantar la cabeza para seguir mirándole a la cara. Se guardó el móvil en el bolsillo trasero del pantalón e intentó agarrarla por la cintura - Pero habrá que descansar un poco. Mañana sábado por la noche podremos salir un rato a tomar algo. ¿No?
- Ni hablar. – le rechazó María, separándose dos pasos – Si quieres quedamos para comer. Y luego seguimos estudiando.
Juan titubeó:
- No estaré para comer. Esta noche me voy a un cumpleaños de un amigo muy íntimo. No puedo faltar. Es en un pueblo de la sierra y regresamos mañana.
- ¡Pero qué dices!. – María puso cara de disgusto, no solo por los estudios, sino porque su novio se fuera solo con sus amigos y ni siquiera la hubiera avisado. Se contuvo y contestó en plan maternal - ¿Y cuándo vas a estudiar?. Por lo que sé llevas la física más que regular.
- Pero tengo todo el domingo – Y Juan mostró una gran sonrisa, como teniendo una gran idea – Podemos quedar la noche del sábado en mi casa para estudiar juntos y así me echas una mano.
- En tu casa y en tu habitación. ¡Que nos conocemos!. ¿A que no estarán tus padres?
- Mmmmmm.... pues ahora que lo dices ....quizás no. Creo que se van al pueblo – E intentó de nuevo abrazarla, deslizando una mano hacia su trasero apretado por los vaqueros.
María dio media vuelta enfadada y se fue hacia las clases que iban a comenzar.
Él tomó los libros para seguirla y en ese momento un balón llegó rodando hasta sus pies.
- ¡Pasa el balón! - Era la voz de Pedro desde la cancha cercana – Juan, nos falta uno y nos jugamos unos botellines, ¿te apuntas?.
Juan miró hacia la facultad. La sensual forma de María subía las escaleras del edificio. Volvió la cabeza y vio en las gradas a todas las jóvenes chicas de primero, con su ropa de verano, que estaban riendo y pendientes de los jugadores.
- ¿Qué me dices? - Insistió Pedro. - Tenemos un público del que te gusta.
Juan levantó el pie izquierdo mostrando las sandalias que llevaba.
 - No tengo calzado adecuado.  - Se disculpó.
Lanzó el balón hacia la cancha y comenzó a correr hacia la puerta de la facultad de Farmacia. Casi atropella a dos jovencitas que caminaban hacia las gradas, e inconscientemente volvió la vista hacia sus cortos pantalones. Con cierta satisfacción interna, vio como ellas le devolvían la mirada.
En unos segundos pasó por su cabeza la posibilidad de perder a María.

Llegó al coche que tenía aparcado al lado de las escaleras, lo abrió, echó los libros dentro y se puso las zapatillas de deporte que siempre llevaba en el maletero.

Nota del autor: ¿Conocéis la fábula del escorpión y la rana?. Pues eso.