martes, 9 de mayo de 2017

REFLEJO 12 - PRIMER RECUERDO DEL OTRO.

Mi padre deja los tomates verdes de su huerta en el "sobrao" de su casa. Allí se maduran y se ponen rojos. Hacía tiempo que no subía por allí.

Al fondo está, con su pintura descascarillada, el antiguo lavabo de la casa. El de antes de que tuviésemos cuarto de baño. Un pequeño mueble de palo de no más anchura que una silla, con una palangana de porcelana a la altura de las manos, que desaguaba en el cubo de la parte de abajo y sobre él un espejo.

Limpié sus telarañas y entre los desconchones del azogue apareció la cara de mi hermano y la mía con apenas 10 años. Riendo a carcajadas y mirando hacia abajo. Hay agua en el lavabo. Estamos jugando salpicando con unos palitos.... 

No. Hay algo más. Anoche dos ratoncillos debieron caer en esa pila con el tapón puesto y con un resto de agua. Tan resbaladiza y profunda para ellos como la alberca de la huerta para nosotros. 

Con los palitos les sumergimos la cabeza dentro del agua. Los animalillos intentan zafarse y saltar. Pero una y otra vez resbalan. Miro al espejo y me veo disfrutar, río cada vez que el desgraciado fracasa. 

En el reflejo, detrás de nosotros, aparece mi madre diciendo algo. Es domingo y tengo que ir a la iglesia. Me fijo que estamos vestidos de primera comunión. Me veo volver la cabeza y adivino un “Ya voy” en el movimiento de mis labios. Ahora no sonrío. Tomo mi palito con más cuidado y atrapo la cabeza del ratón fuertemente contra el fondo. Las patas delanteras se agitan durante unos segundos y después queda quieto. Miro al espejo y me veo alejarme hacia el sol que entra por la puerta de la calle.
... ...

La voz de mi esposa me saca del letargo.

-        José bajas con los tomates o qué.
-        Ya voy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios y críticas siempre son agradecidos.