sábado, 7 de noviembre de 2015

HISTORIA DE UN TRANSGRESOR



- ¡Joder con los jueves!. A quién de RENFE se la ocurriría la puta idea de poner un tren diesel a las 7 de la mañana. No acabo de acostumbrarme a su estrépito.

Juan, se levantó mascullando, salió de su saco de dormir, se apartó un poco del sofá que le servía de lecho y echó una meada hacia las vías.

Los cuatro gatos que dormían acurrucados al lado le siguieron sin apartar su mirada de él, maullando y pidiendo el desayuno.

-        Joder que frio. – Volvió a decir en voz alta aunque nadie le oía.

Los coches pasaban sobre el puente y hacía que templaran las paredes del pasadizo que le servía de hogar. Pero él ya no lo notaba.

Encendió un infiernillo de gas y se calentó un poco de leche.
Los gatos no dejaban de maullar, así que les puso un poco en su cacharro y rápidamente, con el rabo estirado, los cuatro se pusieron a beber de la forma más amigable. Siempre se ha preguntado por qué los perros se pelean por la comida y los gatos la comparten sin problema.

Se llenó una taza de leche caliente y caminó un poco hacia la colina cercana.
Es verdad que los jueves le fastidiaba el diesel de las 7, pero le gustaba disfrutar del amanecer en el horizonte. Sentado en el cerro, abrigado en su silla de tela plegable y con los ojos medio entornados, se sentía libre viendo como el sol salía un día más.

Dejó pasar el tiempo y puso la radio.
Le encantaba darse cuenta de su auténtica libertad.

La economía, los recortes, la corrupción, las guerras, Rajoy, Podemos, Cataluña, Desahucios.

No pudo menos que exclamar – Joder la radio solo dice gilipolleces que solo importan a los bobos.

Entonces puso un nuevo lienzo en blanco sobre el caballete y se puso a pintar una vez más a sus gatos.

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