Madrid, 16 de Octubre de 2014
Escrito en el taller Tema: Un objeto cotidiano.
Mi gorra, mi sombrero,,,, No puedo vivir sin ellos.
Parece mentira que algo de lo que renegaba en mi niñez,
ahora se haya convertido en algo tan importante.
Da calor en invierno y quita el sol en verano.
Tengo varios. No sé porque
me gusta más el sombrero. Quizás por esnobismo.
El que más me gusta es el de verano. Es de un sucedáneo de
la paja, aunque es sintético. Creo que me da un aire de turista cuando me lo
pongo con las gafas de sol.
Es blanco con un ribete negro. Bueno, mi mujer diría que no
es blanco sino crudo. Yo no acabo de distinguir esos colores. O quizás sí, lo que
ocurre es que soy bastante vago para las descripciones y si algo es claro pues
para mi es blanco. Tiene el ala corta y aunque me está un poco pequeño, eso me
viene bien cuando hace viento. Se encaja mejor y hace que no se vuele tan
fácilmente.
Como mi pelo hace años que echó a volar es imprescindible su
uso para mi. Mi padre me regaña cuando lo uso en la procesión de la patrona de
mi pueblo. Pero este año lo he convencido para que el también se ponga el que
le he regalado.
Mi sombrero fue regalo de mi mujer. Y aunque está ya un poco
viejo y ella me regaña porque ya tengo otro más nuevo, a mi me gusta ese.
Además me queda mejor que el nuevo que es muy pomposo.
Es de un estilo entre bogart y tirolés, y comienza a ponerse
un poco oscuro en la parte delantera. Además de arrugado de cuando mi hijo se
sentó sobre él durante todo un trayecto al pueblo.
Mi sombrero es un gran amigo y no se separa de mi en todo el
verano. Si alguna vez se queda en la mesa de un bar, me llama a gritos en
cuanto salgo por la puerta y un rayo de sol toca mi coronilla.
Mi sombrero me adora y en este momento, está celoso
esperándome dentro del coche porque me he traído la gorra
(Los comentarios y críticas son siempre agradecidos)
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